by Equipo Lékué.

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¿Consumes muchos alimentos envasados?

A veces, no tenemos muy claro cómo conservar estos alimentos y nos da miedo que no tengan las mismas propiedades o incluso que sean perjudiciales para la salud, por eso compartimos contigo 5 aspectos que debes conocer de los alimentos envasados para resolver tus dudas.

Alimentos envasados, un salto en la historia de la cocina

Por alimentos envasados entendemos todos aquellos que usan un recipiente (de cristal, lata o cualquier otro) para conservar sus propiedades durante más tiempo. Normalmente ya vienen cocinados, y son una alternativa perfecta para preparar algunos platos con ellos o incluso comerlos directamente.

Nicolas Appert fue el creador del método del envasado de alimentos. ¡Piensa que antes la conservación de la comida no era tan sencilla como lo es ahora! Su idea consistió en guardar comida en frascos de vidrio y aplicarles calor para destruir posibles microorganismos presentes en ella. El resultado es lo que vemos hoy en día: comida que dura mucho tiempo y conserva sus nutrientes y su sabor.

5 cosas que tienes que saber de los alimentos envasados

Sin embargo, con el paso del tiempo han ido surgiendo algunos mitos que vamos a desmontar, y al revés, hay algunos aspectos de la comida envasada que puede que no conozcas y quieras tener en cuenta. ¡Toma nota!

  1. Una vez abiertos, deben conservarse en otro recipiente: Esta afirmación era válida cuando los alimentos envasados iban en latas de acero o de hojalata, porque para que estuvieran bien selladas se usaba plomo, un metal tóxico. Pero ahora este material ya no se utiliza, así que tienes vía libre para guardarlo en el mismo recipiente. Esto no quiere decir que no lo cambies de lugar para poder taparlo si el envase no se puede volver a cerrar.
  2. Los alimentos congelados no tienen los mismos nutrientes: Esto no es cierto. Los alimentos se congelan una vez recolectados, es decir, cuando están muy frescos, y se utiliza un sistema de ultracongelación, que mantiene intactas todas sus propiedades.
  3. Si una lata tiene un golpe, no pasa nada: En realidad, las latas están recubiertas de varias capas de distintos metales, así que si se laceran pueden perder sus propiedades de conservación. Es mejor que, si tienes una lata con un golpe, la consumas inmediatamente o la cambies a otro recipiente.
  4. No es recomendable calentar el envase: En realidad, puede ser que el plástico haga que migren algunos componentes a la comida, pero en general hoy en día se utilizan materiales lo suficientemente resistentes para que esto no pase. De todas formas, te recomendamos que lo calientes en un plato a parte u otro recipiente parecido, así te asegurarás de no contaminar la comida.
  5. Llevan aditivos poco recomendables: El truco está en leer las etiquetas. En el caso de las latas, por ejemplo, es importante que elijas aquellas que tienen un menor contenido en sal, comparando varias marcas. Si quieres un alimento precocinado, fíjate en aquellos que no contengan azúcares añadidos y que se cocinen con aceite de oliva. En definitiva, busca lo más parecido a lo que tomarías tú en casa.

Con estos trucos, no tienes por qué renunciar a los alimentos precocinados, que pueden ser una fuente de energía y nutrientes básicos, pero siempre debes fijarte en las etiquetas y usar aquellos que son más naturales, con menos aditivos y por supuesto sin demasiada sal o azúcares añadidos.

Si los eliges, te beneficiarás de su conservación, y podrás comerlos directamente o usarlos para algún plato. ¡Siempre es una opción muy recurrida!